Reflexiones, Teoría y Cultura de Diseño

22 julio 2006

LA CULTURA DE LAS ELITES NOS ABURRE Y CUANTO

Texto robado a Alejandro Piscitelli, desde su Interlink Headline News y que suscribo casi completamente.

INTERLINK HEADLINE NEWS No. 4180
ISSN 1514-349X del martes 11 de julio de 2006
LA CULTURA DE LAS ELITES NOS ABURRE Y CUANTO

Como bien dice Vicente Verdu en su recentisimo y valioso ensayo "Yo y tu personas de lujo. El personismo la primera revolución cultural del sigloXXI", (Barcelona, Debate, 2005) nuestra época tiene mala prensa.
Esta muy mal visto, especialmente en los cenáculos culturales y en los ambientes educativos, hablar bien de ella. Sentirnos a gusto con este mundo (con una parte del mismo), nos vuelve necios y pasotistas, adaptados e integrados, carentes de espíritu critico y vendido a las multinacionales del marketing.
Todo es detestable y muy especialmente el consumo de medios. Se trate del cine de Hollywood, o de los videojeugos, de la computacion en red, o del chateo entre pares.
La critica cultural que se ensaña contra nuestra época cree ver proliferar productos basura, copias pirata, mentiras políticas y corrupción a granel.
Muy especialmente a manos de los adultos la sociedad estaria vencida por la complacencia del consumo y la trivialidad de los medios de comunicación, mientras que la juventud se habría volcado a la dolce vita y a la escucha frenetica de una musica que frie los cerebros y pulveriza el sentido.
Sin desconocer alguna (tenue) verdad en estos análisis y comentarios, ¿y si no estuviéramos asistiendo mas bien a una resistencia ante la aparición de un nuevo tipo y calidad de la cultura?
Llegando ya al borde de la provocacion -y franqueandolo- tanto Verdu como Steven Johnson en su filoso "Everything bad is good for you" se preguntan: ¿y si los "ilustrados" estuviéramos ofuscados y lo que llamamos inepcia ydescomposición, fuera en realidad un panorama tan listo que no llegamos a ver?, ¿Y si la sociedad de consumo no significara el cataclismo del espiritu absoluto sino el nacimiento de otro que todavia no conocemos?"
En este sentido el asco a los videojuegos y a las tecnologias digitales nossuena cada vez mas a un discurso de clase. De una clase social y culturalconformada por una elite desesperada de intelectuales con problemas deadaptacion transgeneracional.
¿Como se puede seguir gritando a troche y moche que nuestros jóvenes de hoy son mas ignorantes que los de un siglo atrás, donde la mitad de la población mundial no sabia leer?
¿Porque seguir insistiendo en que nuestros juegos, desde la rayuela a lafiguritas, desde las cartas hasta la payana, con los toscos y elementalesque eran, endiosados ademas por la nostalgia, tienen algún parangón con alcomplejidad de los entretenimientos actuales fuera y dentro de la red.
Es cierto que muchos chicos apenas leen. No lo es menos que tienen infinitas opciones de ocio que nosotros ni imaginábamos. Y ademas el hecho de que leen mucho menos que nosotros no los hace necesariamente pensar peor que nosotros, o en todo caso no los hace responsables de haber convertido al mundo en este refugio de odios e intolerancia sin parar, tal como fueron alumbrados por ideologos contemporaneos de las intelligentsias mas afamadas del siglo pasado? Después de todo la matanza entre Hutus y Tutsis o la tragedia camboyana paso mucho después y fue mucho menos cruenta -dada sucuota de salvajismo- que Auschwitz y Treblinka.
Sin endiosar ningún triunfalismo, sin convertir a la tecnología en ninguna panacea, sin suponer que los conflictos sociales, políticos o económicos encontrarán en las redes de máquinas ninguna solución mágica, insistimos en que la contemporaneidad está llena de nuevas modos de vivir, gozar y saber que no son los de nuestra infancia, ni de la adolescencia para quienes ya hemos cruzado la barrera de los 50.
Las nuevas tecnologías, los mass media, la mutación del modelo femenino, delmodelo del niño, del modelo del animal, del modelo del objeto, de la manerade amar y de comer han cambiado todo, pero seguimos enfrascados en aprender como antes, y en enseñar como antes.
Desde el día de ayer educ.ar ha puesto a disposición de alumnos y de docentes, de pedagogos y de críticos culturales, pero sobretodo de quienes hacen uso intensivo de estas tecnologías y son conscientes de la situación sin retorno en la que estamos insertos un nuevo espacio construido para el diseño y la participación. El Observatorio de videojuegos http://videojuegos.educ.ar/vj
Para nosotros el lápiz está tan vivo como el mouse, el papel tanto como la pantalla, la interacción tanto como la meditación, la inmersión tanto como la discusión. Lo maravilloso de esta época es la interpenetración, la variedad, la hibridación, la suma, la multiplicación, la síntesis, las ganas de encantar a todos los sentidos, y al cuerpo y a la mente por igual.
No fue un filósofo de las profundidades, sino una cupletera de ley, la españolisima Sarita Montiel, la que pronunció el aserto mágico: "Permanecer en la nostalgia envejece la mente".
Para desesperación de los letrados, la cultura del consumo está por exterminar a la cultura ilustrada dentro del ascendente capitalismo de ficción. Pero en vez de asustarnos y rasgarnos las vestiduras -a laBaudrillard- para nosotros la energía del consumo, especialmente cultural, está creando un nuevo tipo de hombre/mujer, de sujeto/objeto (sobjeto lo ha bautizado Verdu) cuya felicidad consiste en establecer múltiples nexos con los demas. Que ha sustituido a la profundidad por la variedad y a la unicidad por el eclecticismo y la aventura.
Es en este marco hemos lanzado este nuevo weblog de educ.ar. En las dos docenas de posts ya incluidos barremos una amplia panoplia de temas y desafíos. Este espacio ha sido concebido para que ustedes nos ayuden a navegar este mundo del consumo y la producción (especialmente audiovisual en este caso) y nos permitan acortar la brecha entre la generación de los nativos y los inmigrantes digitales. Ambos tenemos mucho que ganar a través de la frecuentación mútua y muy especialmente debemos fomentar el respeto frente a las forma de comunicar, de conversar y de consumir de los otros. Yendo y viniendo de un lado al otro. Leyendo a Verdu y a Cornella, jugando con Risto -que maliciosamente mordio a Toddy- y extrañando a Patan les digo bye hasta mañana AP.

20 julio 2006

breve aclaración

Recién descubrí que tengo comentarios acumulados desde marzo. Los acepté todos. Nunca tuve la intención de moderarlos, así que desactivé la opción y cualquiera puede decir lo que se le venga en gana. Le pido disculpas a quienes comentaron y nunca vieron respuesta... la verdad ¡¡las acabo de ver!!

Encuentro Latinoamericano de Diseño 2006


Si la divina voluntad me lo permite expondré este tema:
"Innovación, herramienta para el diseño en las conversaciones de poder. ¿Puede el diseño ingresar en la toma de decisiones de países y empresas?"
Esto ocurrirá en la Universidad de Palermo, en el marco del Encuentro Latinoamericano de Diseño 2006. Sede Jean Jaurés, ubicada en la calle Jean Jaurés 932, Buenos Aires. Jueves 3 de agosto, a las 11.15.

¡Están todos invitados!


05 julio 2006

Preguntas al Evaluar

Como ya hace tiempo que estoy en la docencia, quizás puedo hacer una especie de recuento de mis creencias iniciales, mis expectativas y el contraste con la realidad vivida. No es que haya sido mejor o peor, digamos que ha sido diverso y disperso, complejo como suele ser todo aprendizaje.
Creo que debo señalar que la trinchera docente naturalmente es heredera de malas prácticas y puede ser justamente acusada de defenderse de la realidad al acunarse en los centros de estudio. Por otro lado hay que decir que hay un conocimiento que sólo emerge en el hacer docente que ningún profesional de diseño puede poseer sin haber ejercido frente a un grupo de estudiantes. Es decir, se crea una trinchera que es compleja, que no tiene que ver con nuestra formación, nuestras creencias, nuestras teorías ni nuestras prácticas profesionales.
Creemos que debemos hacer que nuestros estudiantes tengan prácticas lo más cercanas al mercado y por otro lado que tengan una dosis mínima necesaria de experimentalidad, de osadía creativa, de rearticulación de códigos y lenguajes visuales (hablo desde el diseño gráfico) o bien que den soluciones funcionales a la medida de una cierta ecología humana.
Por algún motivo plantearse estos objetivos ha quedado grabado a fuego en nuestro inconsciente, por algún motivo llevarlo a efecto es más difícil que plantearlo en el papel, o la pantalla.
Por ejemplo me pregunto de qué forma se educa la construcción de conceptos, la construcción de identidad al mismo tiempo que se realizan sistemas comunicacionales coherentes y congruentes con dichos conceptos. ¿Es necesario primero probar, desarrollar y descartar enormes cantidades de alternativas?, ¿cuanto tiempo demora este aprendizaje?, ¿qué instrumentos lo miden?, ¿unicamente el juicio fundado o no de un profesor o un grupo de profesores?, ¿un cliente real?.
También me pregunto si acaso los aspectos estéticos, lo formal, ¿se agota solamente en lo funcional, o deben potenciar lo experimental, la exploración de lo nuevo a toda costa?.
Sobre lo mismo ¿los estándares del mercado son suficientes?, ¿es el mercado la piedra de toque de la idoneidad de un diseño?, ¿puedo "convidar" categorías de análisis, categorías evaluativas del arte, o de cualquier otra disciplina como soporte de mis vacíos disciplinarios?.
Es una plática que no ha llegado a ningún resultado coherente, nuestra formación ha pretendido sumar, pero por algún motivo la integración de esa suma "se produce" y "no se induce".
Puras quejas.
La suma de antecedentes que producen las condiciones necesarias para el aprendizaje probablemente nunca lleguen a producirse, hay en mi opinión un cambio actitudinal en los estudiantes que convertidos en clientes piden productos de consumo, sin darse cuenta de que la educación profesional cada vez más se parece a un gimnasio, al entrenamiento físico, que requiere una disciplina y constancia que las disciplinas "intelectuales" no han sabido transmitir, al menos no en el diseño.
¿Puedo evaluar sin considerar este antecedente?
¿Debo llegar a la conclusión de que los docentes estamos desfasados de la realidad y por lo mismo incapacitados de evaluar con verdadero sentido las acciones de los estudiantes?
Como todo en la vida, no creo que hayan respuestas tajantes para esta pregunta. Por cierto un arquitecto, un artista, un publicista ven desde su formación y deben esforzarse por trasladarse al territorio de nuestra competencia, lo pueden hacer ¿pero qué o quienes ponen las condiciones para emitir juicios fundados acerca de lo que hace un aprendiz de diseñador?
El tema es complejo e invito a quienes les interese este tema que construyamos estándares de evaluación, de juicio que sean funcionales y justos a la medida de la realidad cambiada y dinámica del diseño.